En esta habitación vacía aún suena tu voz. Rebota entre las paredes donde nunca estuviste. Te busco desesperada en las sábanas y sus besos. Y no estás, aunque grito a la ciudad que regreses o que me lleves hasta donde tus manos dispuestas a destruirme.
Anda a desandar todos tus pasos en mi piel, anda a inventarlos de nuevo mientras me recuesto a dormir con tus insomnios. Anda. Anda de nuevo a andar. Y regresa, en veces, aunque sea sólo para volver a irte.
L.
L.
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